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Uno de los grandes problemas que enfrentan las empresas hoy en día no tiene que ver con cómo vender sus productos, después de todo si las personas tienen una necesidad los compran de todas maneras. El problema está en hacer que las relaciones con sus clientes se conviertan en relaciones de largo plazo y para eso hay que tener un buen desarrollo de marca, apoyados en estrategias como los regalos publicitarios.
En las relaciones interpersonales existe una teoría bastante común: sólo conociéndonos y aceptándonos a nosotros mismos, es posible relacionarse de buena manera con las demás personas. Esto, si lo llevamos al ámbito de las relaciones empresariales también aplica bastante bien ¿por qué? porque las empresas deben tener una identidad muy bien definida para que las personas puedan conocerla y sentir que pueden depositar su confianza en ella.
Lo primero que debe tener en cuenta es que la relación entre las empresas y sus clientes, es una relación de confianza. Es por ello que el desarrollo de marca, al ser una muestra de seriedad y compromiso de la empresa consigo misma, despierta la confianza en los clientes y para reforzar ese lazo puede considerar algunas estrategias básicas:
Servicio de posventa: si bien es cierto que el trato del vendedor es clave para que la persona compre, o no, el producto, con el paso de los años se ha descubierto que la manera más eficiente de lograr que una persona compre reiteradamente en una tienda tiene que ver con el trato posterior.
Si alguien compra un producto y luego tiene problemas de funcionamiento o de uso, y la empresa se desentiende del tema, tenga por seguro que esa persona no volverá a comprar en su tienda. En cambio si posee un servicio de posventa enfocado en resolver las inquietudes del cliente, éste se sentirá bien atendido y no sólo volverá a confiar en usted, sino que lo más probable es que lo recomiende.
Regalos publicitarios: un regalo siempre es bien recibido, de ello no hay duda. Pero si ese regalo puede cumplir una doble función las cosas serán aún mejor y, además de demostrar preocupación por sus clientes, estará posicionando su marca entre el público directo de su negocio.
Cuando escoja un regalo publicitario debe tener en cuenta que este sea útil para quien lo reciba, que efectivamente cumpla una función específica y que se de excelente calidad para que permanezca el mayor tiempo posible en manos de su destinatario.
Actualización constante: por otro lado, algo que tampoco debemos olvidar es que el gusto y las necesidades de las personas, en ciertos aspectos, van variando frecuentemente. Por eso, hay que tener en cuenta que debemos estar siempre alertas a lo que ocurre en el mercado, de esa forma sabremos qué estrategias ocupar para mantener contentos a nuestros clientes y hacer que cada día nuestra relación sea más fuerte.

Para una empresa posicionarse en el mercado, pasando incluso a formar parte del inconsciente colectivo de sus clientes, es producto de mucho esfuerzo y una fuerte inversión de tiempo y recursos.
En primer lugar, antes de pasar al cómo mejorarla, dejaremos establecido que la imagen corporativa consiste en la agrupación de elementos, visuales y/o gráficos, que representan a una empresa, es la identidad de una organización.
En la imagen corporativa influyen una serie de factores que permiten desarrollar conceptos especiales dependiendo del público objetivo, el producto o servicio que se ofrece y cómo se desarrolla el mercado.
Cuando se inicia un negocio, crear el concepto o imagen es uno de los puntos más importantes, el proceso incluye elegir los colores corporativos, la marca o nombre de fantasía del negocio y un logo que suele ir acompañado de una frase representativa (eslogan).
Si bien hace unas décadas atrás las empresas, sobre todo las pequeñas, no daban importancia a este tipo de decisiones, la experiencia de algunas grandes compañías ha servido para conocer el peso de esto entre los consumidores.
Uno de los casos más emblemáticos en el mundo es la Coca-Cola, una empresa con presencia global y que, si bien ha relanzado su marca en más de una oportunidad, han conservado su esencia, su color rojo y la tipografía que le permite ser reconocida en cualquier rincón del planeta.
Algunos antecedentes a considerar
Cuando te hablamos de identidad corporativa, hemos hecho constante referencia a lo gráfico y tangible de esto. Sin embargo existen también conceptos y tareas que van más allá y que forman también parte de la imagen, pero de una forma subjetiva.
Entre estos aspectos subjetivos podemos encontrar uno que es fundamental: el servicio al cliente.
Hay una frase que define muy bien la importancia de tener una cultura de la buena imagen y el buen servicio en las empresas, se trata de “los trabajadores son los primeros embajadores de una marca”. Esto se refleja fielmente en las empresas de servicios.
Una sonrisa de bienvenida, la buena disposición para resolver dudas y entregar soluciones oportunas, son parte de lo intangible que el cliente valora y respeta de las empresas, sobre todo de las pequeñas, donde es más fácil conservar este valor.
Una vez definidas las características tangibles e intangibles de la imagen corporativa, la clave está en saber plasmarlo de tal forma que se note una identidad.
Entre las primeras acciones figura lo interno y esto se logra usando papelería y artículos de oficina con la marca de la empresa, algo que fácilmente se puede propagar cuando se comparte con los clientes y proveedores.